Estamos acostumbrados últimamente a leer o escuchar sobre gatitos que son “todo terreno”, no presentan inconvenientes ante distintas situaciones, ya sea encuentros con diferentes especies conocidas o no, visitar lugares nuevos, comer lo que se les ofrezca, si los tienes en tu trabajo pasan a ocupar el lugar de gerentes, recepcionistas, porteros, etc…podríamos decir “gatitos sociables”.
Pero…como todo en esta vida, tienen su contrapartida: gatitos miedosos, tímidos, que ante el menor cambio, ruido, o ingreso en su casa de cualquier especie ajena a su grupo, es un motivo suficiente para sentir que se trata de una situación de vida o muerte, ni que hablar de mover su bandeja o cualquier recurso de lugar por error o cambiar de limpiador y que modifiquemos el aroma dentro de casa…CAOS TOTAL!
Entre los motivos que marcan estas diferencias podemos mencionar la genética y las condiciones de gestación de la mama de estos gatitos (padres amigables gatitos amigables en un alto porcentaje) por un lado y la socialización que han tenido de cachorros, es decir, como fue ese momento puntual en el que a estos pequeños adquieren desarrollan las habilidades sociales y su capacidad para relacionarse con otros animales humanos y no humanos, y la adaptación a los cambios que ofrece el entorno.
¿Y qué es el periodo de socialización?
El periodo de socialización ocurre entre las 2 y las 7 semanas de vida (pudiéndose extender hasta las 9 semanas). Sí, sí, ya sé! Qué poco tiempo para presentarles el mundo entero, no? Esto no quiere decir que debamos abrumarlos y sobrepasarlos, porque podríamos provocar el resultado opuesto al que favorecería su adaptación.
Durante este tiempo, se produce la maduración del sistema sensitivo. Sobre la 4° semana, con el inicio del destete y la aparición del juego social, empiezan a explorar su entorno, interactuar con otros gatos y aprender habilidades sociales claves. Es importante que en esta etapa la camada de pequeños se mantengan con su mamá, ya que parte del aprendizaje es por observación: aprenden hábitos de higiene, a controlar la mordida, el uso de las garras, y cómo comportarse como un gato adulto.
Si los gatitos experimentan interacciones positivas con humanos y otros animales durante este periodo más probable que se conviertan en gatitos sociables y seguros.
Esto no quiere decir que pasada esta edad no podamos continuar socializando a los gatitos o un gato adulto inclusive, a no desesperarse!!! sino que debemos tener paciencia y tiempo para que puedan ir paso a paso habituándose a las nuevas experiencias, respetando el ritmo que nos presente.
Ahora sí, ¡manos a la obra!
Para socializar a un gato, es importante proporcionarles experiencias positivas y exposición gradual a diferentes estímulos. Te dejo algunas estrategias útiles:
1. Manejo suave y positivo: la manipulación del gatito con cuidado y suavidad, respetando sus tiempos, en momentos tranquilos, y reforzando su aceptación con golosinas o elogios. Aquí podemos pensar en un control veterinario y cómo podríamos hacer que sea cooperativo y no una tortura; corte de uña (el tocar sus patitas y manitos) por si hiciera falta, cepillado (sobre todo si es de pelo largo).
2. Exposición a diferentes entornos y transportín: introducir a los gatitos en diferentes entornos, sonidos y situaciones de manera gradual para que se sientan cómodos.
3. Interacción con otros animales Humanos y No Humanos: permitir que los gatitos interactúen con animales no humanos amistosos y personas de confianza puede ayudar a desarrollar sus habilidades sociales.
4. Juguetes y enriquecimiento: proporcionarles juguetes interactivos y enriquecimiento ambiental para estimular el juego y el aprendizaje.
Atención!!!
Durante este periodo de socialización, es crucial prestar atención a las señales que indican que los gatitos se sienten seguros y cómodos, como también aquellas que sugieren que podría estar experimentando estrés o ansiedad.
Algunas señales de un gatito bien socializado incluyen curiosidad, juego activo y búsqueda de interacción con personas y otros animales.
Si mostrara signos de miedo, evasión excesiva o agresión, es importante darle espacio y tiempo para sentirse seguro nuevamente. Es muy importante no forzarlos y brindarles un entorno seguro y tranquilo.
Recuerda que eres su base segura, ocuparte de su socialización es la mejor manera de fortalecer el vínculo mutuo día a día y prevenir comportamientos no adecuados para la convivencia (o por lo menos los que podemos anticipar) y evitar aquellos que podrían afectar su salud.