Salud

Mitos y realidades de la quimioterapia en perros y gatos

Recuerda: nuestro objetivo principal es su bienestar y su calidad de vida.

En ocasiones, cuando oímos la palabra quimioterapia lo primero que se nos viene a la cabeza es la imagen de alguna persona cercana con cáncer o incluso algún personaje de alguna película triste que hemos visto, y desde luego, el recuerdo que se nos viene a la cabeza no es del todo agradable.

Si además oímos esa palabra en una consulta veterinaria de oncología, cuando el veterinario/a nos lo está recomendando para nuestro propio perro o gato lo más probable es que lo primero que pensemos es: no, no quiero eso para él, no quiero que lo pase mal. Y es normal que la primera reacción sea así, pero en este post te vamos a desmitificar muchas creencias que hay y probablemente te hagamos verlo de otra manera!

¿Para qué se usa la quimioterapia en veterinaria?

La quimioterapia no es más que un tratamiento médico para algunos tipos de cáncer. Al igual que nosotros, nuestras mascotas también pueden desarrollarlo en algún momento de su vida, sobre todo cuando son mayores.

El objetivo de este tratamiento no es solo tratar el cáncer y aumentar el tiempo que estén con nosotros, también es importante que durante ese tiempo tengan calidad de vida. No tendría sentido en veterinaria poner un tratamiento que va a hacer que nuestro perro o gato se encuentre mal, esté triste, etc., porque si eso ocurre lo normal es que nadie lo quisiese poner. Por ello, los tratamientos quimioterápicos en veterinaria se usan de forma que nuestro animal tenga la mejor calidad de vida posible a la vez que tratamos el cáncer que padece.

¿Es verdad que va a tener muchos efectos secundarios?

Los efectos secundarios van a depender del tratamiento que se haya puesto, ya que existen multitud de tipos de quimioterapias. Sin embargo, sí que existen dos efectos secundarios que generalmente vemos con más frecuencia: bajada de defensas (neutropenia) y efectos gastrointestinales.

Sin embargo, lo más normal es que estos efectos sean de carácter leve, resolviéndose en poco tiempo con tratamiento o espaciando las dosis de quimioterapia en caso de bajada de defensas. Solo en un pequeño porcentaje de animales estos efectos son un poco más intensos y nos hacen cambiar o detener el tratamiento.

¿Cómo voy saber si tiene “bajada de defensas”?

Antes de cada administración de quimioterapia tu veterinario/a realizará un análisis de sangre llamado hemograma. Con esta prueba va a valorar sus glóbulos blancos (defensas) y en función de cómo estén valorará si se puede o no poner la quimioterapia.

¿Qué efectos gastrointestinales puedo notar?

Aunque la mayoría de veces no notaréis nada (ni tú, ni tu perro o gato), en ocasiones, y sobre todo las primeras veces, podéis notar heces blandas o diarrea, nauseas o algún vómito, y en algunos animales una disminución del apetito. Sin embargo, tu veterinario/a pondrá un tratamiento médico para evitar estos efectos indeseables. Es importante que si lo notas no los dejes pasar, debes contactar con tu centro veterinario para que le pongan tratamiento.

Algo importante y que todos pensamos… ¿se va a quedar calvo?

Afortunadamente… no, ¡es un mito! Aunque es un efecto secundario habitual en humana en nuestros animales no ocurre lo mismo. Sin embargo, sí que hay ciertas quimioterapias y ciertas razas que pueden estar más predispuestas a que tengan un poco de caída de pelo. Pero ten en cuenta que esto ocurre en un porcentaje bajísimo de animales.

Entonces, si me han recomendado la quimioterapia para mi perro o gato. ¿Qué debo hacer?

Lo más importante es tomar la decisión tranquilamente, escuchar bien al profesional que te lo ha recomendado, hacerle todas las preguntas que te surjan antes de iniciar el tratamiento y sobre todo no tomar ninguna decisión precipitada.

Además, es importante saber que estos tratamientos también conllevan un compromiso de tiempo y un gasto económico que es importante tener en cuenta antes de iniciarlos. Una vez que lo inicies es muy importante que tengan una comunicación muy estrecha con tu centro veterinario, cualquier cosa que notes o duda se la hagas saber, ya que ellos son los que mejor te van a guiar en este proceso.

Por último, recuerda: nuestro objetivo principal es su bienestar y su calidad de vida.