Desde mi infancia, siempre he estado rodeada de animales, ya sean los que compartían mi hogar o los que encontraba en la calle.
Crié junto a Alfredo, un terranova, y Danna, una gran danés, quienes me mostraron lo que significa la lealtad y nobleza de los perros.
A lo largo de los años, también tuve otros compañeros como Pipiolo el hámster y varios gatos, como Valín y Félix.
Actualmente, vivo con Lusy, una encantadora gatita cuya historia compartiré algún día.
Después de 20 años de experiencia como veterinaria, la satisfacción de seguir aprendiendo y creciendo en mi profesión es inmensa.
Con cada paciente, me esfuerzo por ofrecer un servicio profesional, riguroso y cariñoso, ya que considero que cada animal es único y merece un trato especial.