Salud

Mi perro tiene predisposición a una patología, ¿qué puedo hacer?

Es muy común que los perros de pura raza tengan cierta predisposición a algunas enfermedades. Sin embargo, no debemos esperar a que las desarrollen para ponerle tratamiento, podemos empezar previniéndolas y ahorrándole a nuestro animal sufrimiento innecesario. Pero, ¿cómo se hace eso?

¿Qué es la nutrigenética?

La nutrigenética es la rama de la genética que estudia la relación entre los genes y la respuesta individual a la dieta. Así, intenta contestar a la pregunta que siempre nos hemos hecho relacionada con la alimentación: ¿por qué dos personas comiendo lo mismo responden a una misma dieta de forma tan diferente?

La nutrigenética estudia el ADN para conocer las predisposiciones negativas (o positivas) que se encuentran codificadas en él. El ADN canino contiene aproximadamente 20.000 genes, ordenados en 39 pares de cromosomas. Tan sólo el 0,01% de esos genes es lo que hace diferentes unos perros de otros, y lo que determina distintas características fisiológicas, metabólicas y de comportamiento, junto con el ambiente.

En el año 2001, cuando se desveló la secuencia del genoma humano, se descubrió que existen pequeñas variaciones genéticas, denominadas SNPs (Single Nucleotide Polymorphisms), que están relacionadas con el desarrollo de algunas enfermedades concretas. Desde entonces, los científicos han trabajado en la secuenciación del genoma canino, y sus investigaciones han permitido mapear los genes responsables de muchas susceptibilidades a enfermedad, siendo gran parte de ellos compartidos entre perros y humanos. En perros, las investigaciones han identificado alrededor de 2,5 millones SNPs.

La información genética de cada individuo condiciona su estado de salud o enfermedad, y aunque obviamente no tenemos control sobre nuestros genes, cuanto mejor conocemos esta parte, más fácil nos resulta actuar sobre el resto de factores que complementan nuestro estado de salud, y que sí podemos modular. En este sentido, la dieta es el factor ambiental primordial, porque siempre estamos expuestos a ella y ofrece grandes posibilidades de modificación y de adaptación.

Así nace la nutrigenética, que tiene como objetivo generar recomendaciones nutricionales de acuerdo al acervo genético individualizado de cada animal. Hasta hace no mucho, las dietas tradicionales solamente se basaban en las necesidades nutricionales más básicas de cada individuo, cuidando los macro y micronutrientes para evitar deficiencias, y como mucho, algún aspecto individual como la edad, el sexo, la talla, el ejercicio físico y algunas variables bioquímicas. Con esta base, se ofrecían pautas alimenticias generales para grandes grupos de población, sin considerar en detalle la especificidad genética del individuo.

Sin embargo, en la actualidad, los avances en la nutrigenética nos ayudan a establecer qué alimentación debemos seguir para prevenir una serie de enfermedades identificadas a partir del análisis de nuestro ADN y que pueden evitarse o modularse mediante unas pautas dietéticas concretas. De esta forma, se alcanza la máxima personalización de la dieta.

Tomemos un ejemplo concreto: Pointer

En la raza de perros Pointer se ha identificado una mutación respecto al transporte de la cistina, un producto de la oxidación de un aminoácido, la cisteína. Esta mutación hace que dicho transporte sea defectuoso, provocando un exceso de cistina en orina (llamado cistinuria) con la consiguiente formación de cálculos renales. Los cálculos de cistina son muy difíciles de eliminar por litotricia a diferencia del resto de cálculos. Los cálculos de cistina además de producir obstrucción, resultan en importantes infecciones urinarias con piuria, presencia de hematuria, cólico nefrítico, y dolor lumbar. En casos aislados la cistinuria puede progresar hacia una insuficiencia renal aguda o crónica.

Al saber esto, es normal que pensemos en ahorrar a nuestro perro todo ese sufrimiento. Poco se puede hacer que no tenga que ver directamente con la dieta, ya que es la forma más directa de alterar el medio interno de nuestro perro. La terapia de elección en esta clase de casos está enfocada a evitar la formación de cálculos, ya que su tratamiento es muy difícil.

La dieta que realizaremos se debería basar en una alta ingesta de líquidos, con suplementación de alcalinizantes de orina y agentes quelantes de cisteína y otros aminoácidos dibásicos, a dosis controladas para no provocar deficiencias de los mismos.

Si además sabemos que nuestro pointer tuvo pelos grises y blancos al nacer, y ha tenido caídas de pelos canosos en los primeros meses de vida, podemos estar ante otra mutación típica de ellos, la displasia folicular de pelo negro. En esta raza, es común también la osteocondrosis de hombro, sobre todo en machos. Estas dos afecciones, también se podrán controlar y prevenir mediante la dieta.

Como podéis ver, saber la información genética que porta nuestro animal es muy útil a la hora decidir su dieta, para desde ahí prevenir posibles problemas, y garantizarle así desde el primer momento la mejor calidad de vida. Y para ello, es necesario hacer una dieta totalmente individualizada para el individuo al que está destinada y así poder responder a todas las demandas específicas de su cuerpo de la mejor manera posible

Bibliografía

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