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Demos voz al duelo animal

Tu dolor importa: Perder a un compañero animal puede ser devastador, pero a menudo ese dolor no se toma en serio. La conexión que compartimos con ellos, ya sean peludos, emplumados o escamosos, es profunda y real. Si sientes que nadie comprende tu pérdida, este artículo es para ti. Descubre por qué tu duelo es válido y cómo encontrar apoyo en este proceso.

¿Alguna vez has sentido que tu dolor por la pérdida de un compañero animal no era tomado en serio? Esta experiencia es mucho más común de lo que debería ser. Vivimos en una sociedad que, aunque ha avanzado en muchos aspectos, aún minimiza el impacto emocional que tiene perder a un animal, tratándolo como algo secundario o incluso irrelevante. Pero el duelo por un animal es real, profundo y válido.

Cuando un animal entra en nuestras vidas, se convierte en un miembro más de nuestra familia. No importa si es peludo, emplumado o escamoso, su amor incondicional y su presencia diaria dejan una huella imborrable. Sin embargo, el duelo por ellos suele ser incomprendido. Escuchamos frases como "era solo una mascota" o "puedes conseguir otro", lo que añade al dolor la carga de sentirnos juzgados o aislados.

Esto es especialmente cierto en el caso de animales exóticos, como conejos, aves, reptiles o pequeños mamíferos. Estas pérdidas tienden a ser aún más invisibles para la sociedad. Desde pequeños, nos enseñan a ignorar estas muertes, incluso reemplazando a los animales sin permitirnos procesar su ausencia. Sin embargo, quienes hemos compartido nuestra vida con ellos sabemos cuánto amor, conexión y lecciones de vida nos aportan.

Es importante entender que tu dolor importa. No necesita la validación de los demás para ser legítimo. Mereces el tiempo, el espacio y el apoyo necesarios para procesarlo. Si estás atravesando un duelo por la pérdida de tu animal o te enfrentas al dolor anticipado de saber que su tiempo contigo es limitado, quiero que sepas que no estás solo.

Estoy aquí para acompañarte en este camino. Juntos podemos honrar el amor que compartiste con tu compañero y encontrar formas de sanar. Tu dolor no es menos, y merece ser escuchado y acompañado.