Cuando se trata de adaptar dos gatos adultos, el proceso suele ser más complicado. Sin embargo, al introducir a un adulto con un gatito, hay muchos factores en juego, como si el gato adulto fue socializado adecuadamente durante su infancia, si ha tenido experiencias negativas como jugar con las manos, ser regañado frecuentemente, o castigado. La personalidad del adulto también influirá en cómo reacciona ante el gatito.
En resumen, dale a cada gato su tiempo y no fuerces la interacción; cada uno tiene su propio carácter y necesidades.
Las presentaciones entre dos individuos dependen de cómo es cada uno. Un adulto que fue socializado correctamente con otros gatos desde pequeño, al que no se le ha jugado con las manos, por ejemplo, puede tener una reacción más suave. Por otro lado, el comportamiento del gatito también influye, ya sea que sea muy activo y le guste el juego físico, o más tranquilo.
Es común que un gato adulto reaccione de manera defensiva frente a un gatito, bufando, escondiéndose o incluso intentando golpearlo. Por eso, es esencial no forzar la situación; el miedo debe ser respetado, ya que necesitan su propio tiempo y protocolos.
Sigue los protocolos correctamente, observa las interacciones y evita intervenir innecesariamente.
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